15 de abril de 2011

VERGÜENZA PROPIA

La política en nuestro país se ha convertido en una verdadera caja de Pandora. Según el mito, este recipiente contenía todos los males que aquejaban a la humanidad. Más allá de la mitología griega, la referencia muchas veces se ha instalado como sinónimo de sorpresa y es justamente aquí, en donde el parámetro le sienta como anillo al dedo a los que ejerciéndola la están llevando a niveles vergonzosos.

La cantidad innumerable de apellidos – lamentablemente los mismos de siempre – y algunos “emparentados” por acción propia con la inolvidable película de Bryan Singer “ Los sospechosos de siempre “ que se suben y bajan a candidaturas de cara a las próximas elecciones, no termina de asombrar y por qué no repugnar a propios y ajenos, y a una ciudadanía que atónita, observa cual escena de terror, cómo por los egos y apetencias personales se devoran entre ellos con prisa y sin pausa.

Leer que el hasta hace poco, y uno de los pocos “creíbles” Pino Solanas despojándose totalmente de su acostumbrada ética en su verborragia lo mandó al muere a su propio candidato en la ciudad de Buenos Aires Claudio Lozano porque “no medía”, fue un claro ejemplo que lavar los trapos sucios ya no es una prioridad de intimidad, sino que hacerlos en público forma parte de una deslealtad que ha quedado instalada por desgracia, en contra de la memoria de los que sí supieron en su momento, hacer grande y reconocida a la política, por dar un ejemplo: Alfredo Palacios.

Que Julio Cobos haya pretendido “ascender” en la consideración popular y elegir cimentar su propia estrategia primero traicionando para lo que fue sumado, luego criticando errores del gobierno y como si fuera poco embarrar la cancha de su propio partido, para finalmente bajarse de toda aspiración, es el fiel reflejo de quien pretende ser actor y le tiene cagazo al escenario.

Que Ricardo Alfonsín se convierta en “alguien” utilizando como chapa el respetable y recordado apellido de su padre, es válido, que por su impronta fuese escalando en la consideración de sus correligionarios, merecido, pero que rompa las tradiciones radicales porque sabe, presume, intuye y para ello no hace falta ser demasiado inteligente, que de convertirse en el candidato oficial como pinta el panorama, no arrima el bochín electoral y que para ello, invoque que se hace necesario sumar votos peronistas y buscar acuerdos con el PJ Federal, ¡bingo!.

Que Ernesto Sanz en dialéctica haya demostrado en muchas ocasiones ser un virtuoso, que desde ese punto de vista podía sacar ventajas a sus contrincantes internos, que se haya presentado “como el nuevo impulso para la Argentina” parecía como prometedor. Sin embargo, el devenir propio de la campaña le fue mostrando otras aristas, una de ellas insoslayable, su imagen no movía el amperímetro, la realidad le pegaba un cachetazo y ¿que hizo?, se bajó de la pelea, “no eran los tiempos”, según sus propias apreciaciones y quizás después de su actitud no lo sean nunca, los tiempos en la suciedad de la política se entiende por contar con elementos fundamentales: tener aparato, trascender en la opinión pública y para ser concreto, conocido mas allá de su propia familia, elementos que no jugaron a su favor.

Duhalde quizás por gestión en su oportunidad, merece cierto respeto en la consideración general, pero su imagen no puede escapar a la leyenda urbana de sus contactos de “padrinazgo” con sectores de la droga, de separarse de las muertes de Kosteki y Santillán, sin olvidarnos de Cabezas, de su frase incumplida “ los que depositaron dólares, se les devolverá dólares”, de supuestamente “colaborar” en la caída del inepto e indescifrable Fernando De la Rua, de sus convicciones por vivir el presente y dejar definitivamente en el olvido los atropellos militares del pasado.. Duhalde no puede con Duhalde que intenta posicionarse por condiciones propias y por una “calentura” inaguantable de pasar de ser el socio y acompañante en la idea de llevar al poder a Kirchner, a ser el enemigo público numero uno por parte del gobierno, cuando la discusión entre ellos por la candidatura a senadora que intentaban colocar por un lado, a la hoy presidente Cristina y por el otro a su esposa Chiche, no tuvo retorno. Duhalde sabe que le gana en esta interna interminable al puntano Rodríguez Saá , pero que eso no le alcanza para sus objetivos y entonces caerá inexorablemente en la canasta multioferta que propone Mauricio Macri. En definitiva de intentar ser Gardel a ser uno de los guitarristas.

Hablando de Macri, su Freddy Mércuri interno lo tiene cantando una canción distinta todos los días. Que es presidenciable, que muchos en su partido incluido su DT Durán Barba lo quieren en la ciudad, que sabe que Michetti mide pero que no gestiona, que Rodríguez Larreta le falta carisma pero gestiona, que tiene vocación para gobernar el país pero sino se llega a un acuerdo político de la oposición, sólo no llega y es más, pierde por paliza con un gobierno que hace la plancha y mira como se destruye la peor oposición de todos los tiempos, entonces se vuelve loco y vuelve loco con la incertidumbre a los suyos. A pesar de todo las encuestas lo siguen dando segundo y él también lo sabe. Mientras tanto el fantasma exitoso de su querido Boca le da palmadas en el hombro y por lo bajo le dice “ no jodas mas y regresa a casa que siguen dando que hablar las putas del viejo cabaret”. Ni hablar del desgaste inflamador de testículos de su pelea diaria pública por la policía metropolitana y la federal, hoy recién “descubierta” por la Ministra Garré como corrupta, una joda.

Francisco De Narváez es inteligente pero no sale de su propio laberinto. ¿Se junta con Macri? , ¿coquetea con Duhalde?, ¿se mete en la canasta familiar Moncloa que se propone?, le gusta la provincia de Buenos Aires pero sabe que es una mina difícil, incluso para su pinta de bacán. En el medio se saca la foto con un Das Neves que tiró una exitosa gestión por la ventana como si nada y que le restó más que sumarle. Sin embargo su olfato de empresario de medios sabe que aún falta una carta que lo puede ayudar, que Tinelli en su regreso lo vuelva a poner a Peña su imitador en el aire, y con viento de cola sume como en las últimas elecciones que lo vieron victorioso.

Felipe Solá , el gran misterioso, se mueve en silencio, componedor, bien intencionado y de buen decir también tiene sus disyuntivas. El trio mentiroso con Macri y De Narváez, ya fue. Acercarse a Duhalde sabe que le jugaría en contra a pesar de todas las deudas políticas para con él. Volver a sus “viejos jefes” del Kichnerismo imposible. Buena imagen, el campo siempre agradecido, Menem ya no está para él, intenta jugarla como su apellido pero sin acento y lejos de llegar al podio.

Daniel Scioli , el “mejor” de todos. Jugó en todos lados, se puso todas las camisetas y siempre cayó bien parado, Los números lo dan ganador en la provincia, una provincia que se cansó de purgar comisarios y de seguridad cero. El gobernador mira, observa, hace la suya y a veces comparte las del gobierno nacional. Se sabe que llegado el caso puede ser “el elegido” y juega con esas cartas, el poder lo tiene en un lugar de preferencia bajo sus alas y allí anida tranquilo.

La caja de Pandora da para todo, seguir revolviendo sería encontrarse con muchos más males que con sorpresas, lamentable.

Osvaldo Menéndez

8 de abril de 2011

Un cachetazo a la razón

¿Cuántas veces se ha dicho que la vida es un viaje de ida con final asegurado pero incierto?

¿Cuántas veces nos hemos planteado que antes las circunstancias a favor o en contra que la misma nos presenta, uno elige enfrentarlas o dejarse llevar por los miedos y sufrirlas?

En este análisis, se puede aportar que los estados de ánimos tienen disparadores que la mente registra y uno los utiliza. La mente es un instrumento que se puede usar como plazca y con la misma facilidad podemos pasar de sentir algo y con rapidez experimentar lo contrario.

De esta manera la alegría puede si se quiere, ser rápidamente deglutida por la tristeza, lo positivo transmutarlo en negativo, del exitismo violentamente se puede girar al repudio y de la idolatría hacia alguien, con violencia resquebrajar ese fuerte lazo espiritual con la intolerancia.

La tolerancia tiene que ver con el respeto y la consideración hacia las opiniones o prácticas de los demás aunque repugnen a las nuestras. Aquí es donde podemos detenernos y utilizar como ejemplo válido, lo ocurrido el último domingo en cancha de Boca y movilizado por un sector de la parcialidad local, quien tuvo la irrespetuosidad, la memoria frágil, y un sorpresivo acto de desagrado y agravio hacia un jugador al que justamente, a meses de ponerle punto final a una extensa y exitosa carrera como profesional, tantas alegrías les brindó: Martín Palermo.

La imagen televisiva destacó su salida al finalizar el partido frente a su querido Estudiantes, allí en donde por 1992 comenzó a vestir su camiseta y la escena mostró que se iba con esos colores sobre su pecho producto de un intercambio de casacas- penalizada con una tarjeta amarilla si se realiza en el campo de juego- justamente con otro de los destacados de ese encuentro nada mas y nada menos que Juan Sebastián Verón.

Nada les importó a los intolerantes, que Palermo se llevara una quinta amarilla y no jugase el próximo partido de salir con su torso desnudo, que el intercambio había sido con otro “prócer”, incluso solicitado por la mismísima “brujita”, que sus goles que han superado lo impensado en su rica historia y que tanta afonía han sumado en sus gargantas, que el que se iba no era uno más sino el de los goles importantes, los que dejan títulos, el que a pesar de su actual sequía en los arcos contrarios no baja los brazos, como tampoco lo hizo cuando sufrió sus innumerables graves lesiones, el que se retiraba era Palermo, sin embargo no importó, bajaron los silbidos, los abucheos, incluso los insultos de los que en forma cobarde se escudan detrás del grueso vidrio que separa el campo de juego de las “cómodas” plateas.

Parecía mentira tanta bronca “ al pedo”, tanta energía desperdiciada, por ponerse en defensores de los colores que tienen una historia y que perdurarán incluso cuando cada uno de esos intolerantes ya no estén en este mundo. ¿Y contra quién?. Justamente contra alguien que ya puso su nombre y apellido con letras bordadas en oro en el paño azul y amarillo de origen sueco.

Así somos y así estamos como sociedad, intolerantes, individualistas, soberbios, con la ética en el olvido, irrespetuosos, con una solidaridad invadida por la xenofobia , criticando sin construir, prometiendo sin cumplir, mintiendo ante evidencias verdaderas, el vecino dejó de ser vecino, cada uno encuentra en el otro su propio Palermo.

Una pena!! o lo que es peor, una triste realidad.

Osvaldo Menéndez