3 de septiembre de 2010

ROLLOS DE PAPEL PRENSA QUE NO SON HIGIENICOS

Hace pocos días la Radio cumplió 90 años y su magia con el oyente aún sigue vigente. La otra cara de la moneda parece haberse instalando en la prensa gráfica, que con el correr del tiempo ha ido perdiendo adeptos. Bajos presupuestos, plumas destacadas que fueron desapareciendo, títulos tendenciosos que tratan de instalar noticias y pensamientos de acuerdo al color del cristal con que se los mire, bajadas de líneas carentes de sutilezas, una credibilidad que fue desapareciendo con empresas que se alinearon de un lado o del otro de una delgada medianera impuesta por los avatares de la política.

A esta “crisis” se ha sumado una situación económica endeble, y en los últimos meses, para llenar el cartón, se ha instalado una guerra personalizada entre el Gobierno y su enemigo de turno, el Grupo Clarín. El Estado ha decidido sin miramientos hacer partícipe a la ciudadanía, que atónita asiste a un banquete cotidiano de agresiones. Mediante la acusación permanente busca el descrédito público de la empresa a la cual considera el germen de todos sus males, dejando de lado y perdiendo el eje de su verdadero rol: gobernar y gestionar.

La contienda diaria parece no tener límites, ni de un lado ni del otro. A cada embestida gubernamental, los medios que componen el Grupo se encargan con vehemencia de desnudar puntualmente los errores y los costados oscuros que, supuestamente, rodean al matrimonio Kirchner.

En el medio de este encarnizado enfrentamiento que, sin duda, no aumentó el dinero de los bolsillos, ni separó al ciudadano del flagelo de la inseguridad; no mejoró una atención sanitaria totalmente deficitaria, ni bajó el índice de desocupación; no puso freno al aumento constante de los precios, que a diario se vive y se palpa en las góndolas de los supermercados, se instaló el tema del Papel Prensa, ¡Bingo!. Un tema por demás urticante, con una historia que tiene mucha tela para cortar.

Sin embargo la mayoría de los ciudadanos no saben, no entienden y no ven afectada su rutina diaria. Pero en todos lados el tema va y viene de la mano de un permanente amague gubernamental: Papel Prensa era, es y debe ser de ahora en más una mala palabra siempre y cuando los intereses del Estado no vean plasmados y saciados sus propósitos: sacar el rédito político necesario de cara al futuro. En definitiva se intentó aclarar y ante la opinión pública sólo se oscureció más.

Un largo discurso en cadena nacional por parte de la Jefa del Estado; inmensos editoriales posteriores de los aparentes involucrados y damnificados que desmintieron la palabra oficial; el periodismo obsecuente que por todos los medios quiso explicar lo que ya era difícil de entender; los enemigos que sacaron provecho de las desprolijidades - una vez más- del accionar del Gobierno y en el medio, la gente.

Seguramente se avecinan momentos difíciles, a medida que se acerquen las elecciones correrá mucha sangre política entre agresiones y respuestas. Pero la vida y la película diaria seguirán pasando por otro lado y otra pantalla; los culos y las tetas del “Bailando por un sueño” continuarán siendo en beneficio del referente máximo de la tele, Tinelli, el único consuelo para no contaminarse aunque sea por un rato de una política cada vez más descalificada.

0 comentarios:

Publicar un comentario